PARA HACERSE AMAR POR UN HOMBRE SOLTERO. Procúrese obtener del galán un objeto que haya llevado mucho tiempo encima, como un pañuelo, una corbata, una petaca, etc., y hágase con él lo siguiente: Por la noche, al acostarse, colóquese dicho objeto entre los pechos, pensando intensamente en el amado hasta dormirse. Esto se hará siete noches seguidas. Luego se tomará una parte pequeña del objeto y se quemará, al salir el sol, un viernes. Guárdense las cenizas y, cuando haya ocasión, procure deslizarla en el cuerpo del hombre que se desea, poniéndolas en contacto con su piel. Si esto no es posible, procúrese que las toque al darle la mano.
PARA HACERSE AMAR DE UNA JOVEN SOLTERA. Procure obtener de la joven que se pretende enamorar un largo cabello y haga con él tres nudos, diciendo, al hacer el primer nudo: Astaroth, haz que me quiera. Al segundo: Scheva, haz que me quiera. Y al tercero: Tú serás mía porque lo quieren Astaroth y Scheva. Arránquese el interesado un cabello, cuyo extremo unirá a los del cabello de la joven; colóquese este aro que se acaba de formar en el brazo izquierdo y cuando haya ocasión toque a la elegida haciéndolo con la mano izquierda y procurando que los dedos se pongan en contacto con la piel de ella y no con sus ropas. En el acto de tocarla debe decirse mentalmente: ¡Ya eres mía! Requiébrese entonces a la joven y en pocos días se conseguirá su corazón.
PARA HACERSE AMAR DE UNA JOVEN SOLTERA. Procure obtener de la joven que se pretende enamorar un largo cabello y haga con él tres nudos, diciendo, al hacer el primer nudo: Astaroth, haz que me quiera. Al segundo: Scheva, haz que me quiera. Y al tercero: Tú serás mía porque lo quieren Astaroth y Scheva. Arránquese el interesado un cabello, cuyo extremo unirá a los del cabello de la joven; colóquese este aro que se acaba de formar en el brazo izquierdo y cuando haya ocasión toque a la elegida haciéndolo con la mano izquierda y procurando que los dedos se pongan en contacto con la piel de ella y no con sus ropas. En el acto de tocarla debe decirse mentalmente: ¡Ya eres mía! Requiébrese entonces a la joven y en pocos días se conseguirá su corazón.